POESIA
INFANTIL
Hablaremos de que es la poesía,
según Carlos Ferrer (citado en Plaza, 2009), “La poesía, en conjunto, es
una fuente inagotable de textos que poseen dos atributos básicos que los
convierten en materiales susceptibles de ser usados en clase de lenguas: poesía
es lenguaje y es comunicación en un determinado contexto.” [1] La poesía se encuentra inmersa en el género lírico
ya que se refiere a los sentimientos y emociones, provocando un estado de ánimo
o emoción en la persona.
Encontramos tipos de textos de
este género literario, como lo son los textos que son escritos por los niños,
los textos escritos para los niños y los textos que son apreciados para los
niños. Además la poesía infantil está dirigida a la enseñanza y la ética, se
debe tener en cuenta que los niños y niñas deben estar a gusto con la poesía y también
el vocabulario y léxico del menor para la interpretación de esta.
Por lo tanto el docente, es quien
debe elegir los temas del interés de los pequeños, ya que tiene diferentes alternativas,
las cuales le facilitan un interés a sus alumnos, por lo cual la poesía debe
causar algo en el niño, es decir la poesía debe permitir que el niño exprese
sentimientos y emociones y a través de esto imaginar, fantasear según su estado
de ánimo.
Por otro lado el docente debe
considerar varios aspectos a la hora de utilizar la poesía en el aula, como ser
prudente a la hora recitar el poema teniendo presente el tono de voz, los
movimientos, la expresión facial y del cuerpo, como también, el contexto,
debido a que es una herramienta práctica para la ejecución de la poesía a razón
que el maestro debe tener diferentes contenidos
y debe pensar en espacios, los cuales permiten que el niño se sienta ameno y
pueda tener una mejor atención.
Entre los autores más
representativos de este género y algunas producciones de estos, encontramos a:
Rafael
Pombo
Perico Zanquituerto
Perico Zanquituerto
se huyó con un dedal,
y su abuelita Marta
no lo pudo alcanzar.
Él corre como un perro
y ella como un costal,
y apenas con la vista
persigue al perillán.
Bien pronto se tropieza,
da media vuelta y cae,
y ella le dijo: “Toma
¿Quién te mandó robar?”.
Con un palo a dos manos
lo iba alcanzando ya
cuando siguió Perico
corriendo más y más.
De un cubo de hojalata
hizo luego un tambor,
de un huso viejo, espada,
y del dedal, chacó;
Y al verse hecho un soldado
exclama: “¡Caracol!
Ni un escuadrón de abuelas
me hará temblar desde hoy”.
Un ganso en ese instante
el pescuezo estiró
diciéndole: “¡Amigote!
¿Qué tal? clí, clí, ció, cló”.
Ahí sí se echó de espaldas
el vándalo feroz
clamando: “¡Auxilio, auxilio!
¡Que me traga este león!”.
Víctor
Eduardo Caro
La
gallina Nicaragua
La gallina Nicaragua
puso un huevo en el alar,
puso dos y tres y cuatro,
cinco y seis, y mucho más.
Cada día muy temprano,
con su alegre cloá, cloá,
cloá,
anunciaba un blanco huevo,
delicioso al paladar.
La gallina era pequeña,
pero linda de verdad,
y gozaba con sus prendas
del cariño general.
La muy boba, una mañana,
por consejos de un turpial,
cacareó su independencia
y ya no quiso trabajar.
“¿Quieren huevos? ¡Que los
compren
o los manden fabricar!
¡Dueña soy de divertirme
y de hacer mi voluntad!”
El cojito Juan Antonio,
cuidandero del corral,
al oír estas razones,
le repuso: “Bien está”.
“Con la plata que a tu buche
hecha granza va a parar,
mercaremos un huevito,
dos y tres y muchos más”.
Con el pico entre las plumas,
bajo el techo familiar,
la gallina Nicaragua
esa noche durmió mal.
¿Le pasó por la cabeza
que debemos trabajar
y ayudarnos mutuamente
para que haya dicha y paz?
¿Con temor miró adelante
recordando lo de atrás?
Francamente, yo no sé,
lo que piensa un animal.
El hecho es que al otro día,
tempranito y muy formal,
la gallina Nicaragua
puso un huevo en el alar.
Jairo
Aníbal Niño
El
día es lindo
El día es lindo
y desde que amaneció
no ha hecho más que crecer
como si fuera un árbol,
y tiene a esta hora
una rama que canta como un
pájaro
y una fruta que vuela en forma
de avión
y un perfume que trepa en
forma de sol.
El día es lindo
porque todavía no sabe
que a ti te cambiaron de
colegio.
Celso
Román
Carlitos
Este niño
tiene un triciclo
que lo lleva
hasta las nubes.
Este aparato
sin duda es
mágico,
porque lo lleva
desde el parque
hasta Méjico.
Tiene ruedas
hechas de luz,
un manubrio
de luceros,
los pedales
son estrellas,
usa el sol
como un farol
y la luna
es la bandera
de su triciclo
de amor.
[1]
Torres, A. H. (2009). «Taller de poesía: aprender a trovar en el aula de ELE»,
en Actas del I Simposio internacional de literatura española e
hispanoamericana. Brasilia, pp. 195-205.
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